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Cambio climático y el dengue

Un estudio científico señala que el mosquito transmisor ya se adapta a las bajas temperatura y advierten que el riesgo de contraer dengue seguirá con el frío.

 La epidemia de dengue representó la crisis sanitaria más importante de la Argentina en lo que va de 2024. La enfermedad es propia de temporadas de calor, con lo que la llegada del frío otoñal significa un alivio. Sin embargo, los expertos aducen que el mosquito transmisor no sucumbirá a las bajas temperaturas. Ergo, todavía hay riesgos de contagio.

Así lo advirtió el Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) respecto del Aedes Aegypti.

Aunque el no habrás más criaderos de huevos por una cuestión estacional, el mosquito seguirá en circulación. ¿La causa? El cambio climático. A lo que se suma el comportamiento del insecto.

El GEM analizó las variaciones a corto y largo plazo del Aedes Aegypti y comprobó que desarrolla resistencia. Así lo explica un artículo aparecido en la revista de la Sociedad Americana de Entomología: la especie tiene una mayor tolerancia a las bajas temperaturas que en otras regiones. En consecuencia, la especie se ha adaptado a la temperatura de esta época del año en la ciudad de Buenos Aires.

De allí que las propias autoridades porteñas adviertan que hay que «convivir con la enfermedad», en un marco de estabilización en la cantidad de casos. «Tenemos sensores donde vamos midiendo cómo se va comportando el mosquito a lo largo del año, medimos la positividad, si está poniendo huevos, si se transforman en larvas y si sigue habiendo mosquitos que puedan contagiar», apuntó el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que lanzó la invitación al gobierno nacional para «trabajar de cara a la próxima aparición del dengue, compartiendo toda nuestra información y trabajando en equipo para que el tránsito del próximo verano sea mejor que lo que hemos transitado en este caso».

Al mismo tiempo, expertos reunidos en un seminario en Río de Janeiro remarcaron este viernes que al cambio climático hay que sumar la incidencia del fenómeno El Niño en América Latina para explicar el brote de dengue en la región. Organizado por la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el seminario contó con la participación del especialista en arbovirus de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carlos Melo, quien alertó que en las primeras quince semanas del año, los casos de dengue en América Latina saltaron un 237 por ciento en comparación con el mismo período de 2023.

Según Melo, el gran aumento se debe a las cifras de la epidemia en Brasil, principal epicentro de la enfermedad del dengue. El país tiene más de 3,1 millones de casos de en 2024, es decir, el 67,4 por ciento de todos los casos de América Latina y el Caribe.En cifras absolutas, Brasil ocupa el primer lugar de la clasificación. Paraguay, la Argentina y Perú, países inmediatamente detrás de Brasil en orden, no tienen más de 200 mil casos casos cada uno.

En la Argentina ha habido hasta ahora 161 muertos y una impericia total, sin ánimo de comprar vacunas, bajo el argumento de la estacionalidad, con escasez de repelentes. De hecho, hace dos semanas, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, mostró cómo hacer repelentes caseros. Javier Milei alegó, falsamente, que la vacuna no está aprobada y el vocero Manuel Adorni dijo que si se compara la vacuna ahora y se aplicara, el efecto se sentiría en invierno, cuando ya no habrá brote. El estudio reciente contradice esta última afirmación.

Fuente Página  12