El 57º Festival de Cosquin, cerró las puertas de la “Prospero Molina” en la madrugada de este lunes, con la satisfacción de saber que a pesar de todo, por ahí pasan todas las palabras que hacen las idiosincrasias de un país libre.
El fraseo del gran autor Horacio Guaraní, cuando asegura que “Si se calla el cantor, calla la vida”.
Indiscutiblemente quedó registrado en este festival, que a pesar de la calidad artística de cada uno de aquellos que pasaron por el escenario “Atahualpa Yupanqui”, tuvieron un mensaje directo sobre tres ejes fundamentales.
Las protestas sobre el desmonte, la oposición a la minería a cielo abierto y el respeto por los derechos a los pueblos originarios, marcaron el pulso de las nueve noches de la programación.
Anoche como es costumbre el Himno a Cosquín, llegó luego de la arenga y el Ballet Camin, con su danza homenajeando con su coreografía a los 50 años de la creación de la “Guarda Coscoina” y dio paso a Víctor Heredia quien también celebró los 50 años de su debut en Cosquín. Heredia disfrutó cantando con su hijos y además sorprendió cuando invitó a cantar, como él lo definió “un amigo de la vida”, como lo es “León Giecco” para deleite de todos.
La noche de festejos continuó con Ángela Irene y sus 40 años con la música. Más tarde, Doña Jovita, tuvo su paso por el escenario encendiendo sonrisas a una platea que seguía sin entender la presencia del periodista Rony Vargas para realizar una parodia con el cómico, pero sin aportar nada más que su presencia física que se perdía fantasmalmente entre la escenografía.
La noche fue la última y por consiguiente se realizó entrega de los premios a los destacados en escenarios callejeros. La revelación del festival fue el dúo “Chechelos” que verdaderamente atraparon, con las interpretaciones con solo del Violonchelos como instrumento.
El premio consagración se lo llevo este año “La bruja Salguero” que con mucha fuerza dejo su mensaje y canto la pasada noche del sabado.
En la continuidad Joselo Schuap y Lucas Segovia, dejaron una actuación netamente litoraleña en la que el chámame levanto al publico de las butacas.
Las frutillas del cierre se dio con el recital de Los Nocheros, también festejando 30 años de su inicio de su formación e inclusive invitando al baladista Axel , con el que hicieron dos temas para deleite de todos.
Y como cierre total Peteco Carabajal desplegó toda su magia interpretativa, junto a su grupo e invitados para hacer bailar entre los pasillos de la “Prospero Molina” a quienes por esas horas seguían firmes esperando que se cierre por última vez los pétalos del telón del mayor festival cultural de Ámerica.