La falta de agua ya se siente en gran parte de las regiones productivas del país y los pronósticos no son alentadores. Para la zona núcleo se esperan recortes en las proyecciones de rendimiento.
El déficit hídrico está provocando el deterioro de los cultivos en varias zonas de la región centro del país. La falta de lluvias y la ocurrencia de una “Niña débil” para el resto del verano en el hemisferio sur podría complicar el tramo final de la cosecha gruesa, donde el maíz y la soja son protagonistas.
Por ahora, no había mejoras hasta la segunda quincena de enero. Las altas temperaturas y la falta de agua son una combinación letal para las plantas, por eso ya se empiezan a observar daños en los lotes de maíz y soja, sobre los que prácticamente se sustenta la economía agrícola.
Christian Garavaglia, meteorólogo de Meteored Argentina detalló en su último reporte que “Argentina y toda la región sur de Sudamérica ingresaron en estos primeros días de 2025 en un clásico patrón de circulación regional asociado en esta época del año a La Niña”. Además, destacó “la estabilidad dominante en gran parte de territorio nacional que inhibe la llegada de frentes fríos y la formación de precipitaciones hacia la parte central, quedando la actividad convectiva restringida y muy potenciada sobre la región del noroeste y Cuyo, especialmente en zonas de montaña. Las ocasionales tormentas que de forma aislada logran formarse hacia el centro del país responden al intenso calentamiento superficial en combinación con pequeñas perturbaciones atmosféricas en altura, pero no un sistema frontal que llegue para producir un recambio de masa de aire”.
Sin lluvias en la zona centro del país, se diluyen las proyecciones de rendimiento. De hecho, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió en su Panorama Agrícola Semanal que con más del 90% de la soja sembrada sobre un total estimado en 18,4 MHa., el 81% presenta una condición hídrica entre adecuada y óptima. Esta cifra viene en caída (7 p.p vs. el informe previo) y podría agravarse en los próximos días. En cuanto al maíz, ya se sembró el 87,4 % de las 6,6 MHa. estimadas para la presente campaña y también se sufren las consecuencias de la falta de lluvias. Según la entidad bursátil, “la proporción de cultivos con una condición hídrica definida como óptima o adecuada se redujo en 6,8 p.p., debido a las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones en el centro-este del área agrícola. Esta situación ha afectado la humedad del suelo, aunque por el momento no ha generado impactos significativos en el desarrollo de los cultivos, salvo en la zona Núcleo Sur, donde se comienzan a observar síntomas de estrés hídrico, como el amarillamiento de las hojas basales con posibles mermas en el rendimiento”.
Esta misma situación la acaba de confirmar la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), que depende de la Secretaría de Agricultura, al confirmar que “se observa en general un retroceso en el contenido de agua en el suelo, como consecuencia de dos semanas con predominio de áreas con lluvias escasas. Sobre todo, en la provincia de Entre Ríos se aprecia un pasaje de reservas regulares a deficitarias”.
Por otra parte, el informe remarcó que los maíces de siembra temprana localizados en el noreste bonaerense se encuentran, en su mayoría, en plena floración e iniciando el llenado de granos. Es muy importante que se produzcan precipitaciones, ya que se observan los primeros lotes que comenzaron a secarse en la base de las plantas. Al mismo tiempo, el sur de Santa Fe, La Pampa, sudoeste bonaerense y noreste de Buenos Aires atraviesa una situación similar.
Por Daniel Aprile