jueves, abril 25
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Gustavo Quevedo, árbitro principal del partido en inferiores entre Atlético San Jorge y Guadalupe habló con el portal deportivo “Relatosdecancha” y explicó la situación vivida el pasado sábado.

De muy buena manera, el juez principal del partido aceptó el diálogo con nuestro medio. Contó lo ocurrido en el partido que derivó en incidentes con agresión a uno de sus asistentes: «rompieron la cancha, un portón y golpearon a uno de mis asistentes. Esto no tiene por qué suceder, tenemos errores como todo ser humano. Nosotros no estamos criticando si un jugador falla un pase o erra un penal. Los perjudicados siempre somos los árbitros«.

En referencia a la jugada puntual que fue reclamada, dijo: «el partido lo ganaba 2 a 0 el local y el visitante se puso 2 a 1. La jugada que se reclamó vino de un rebote involuntario y no es penal. La mano no se sanciona, el reglamento me avala. Acá lo que se tiene que decir es que estamos hablando de un partido de inferiores de chicos de entre 15 y 17 años. Es llegar a un extremo que ocurra esto», aseguró Quevedo quien ya logró debutar como árbitro en Primera en la Liga Rafaelina y tiene gran proyección a futuro para ser el próximo juez promovido a Primera de nuestra Liga.

    «El problema es a futuro que no se puede pensar en que se si uno se equivoca, nos pueden agredir, es una locura. Estamos solos, no nos vamos con la policía en inferiores», MANIFESTÓ QUEVEDO, ÁRBITRO PRINCIPAL DEL PARTIDO EN QUINTA DIVISIÓN.

«También agregó: «yo sé que los chicos no tienen nada que ver porque el problema viene de afuera y a veces los problemas que hay en la casa, los descargan en la cancha. En el caso de este partido en particular fue con muchas incidencias. A los 4 minutos ya tenía 3 amonestados y a los 15 del primer tiempo ya había 2 expulsados«.

También expresó su malestar por la situación vivida junto a sus colegas: «tengo mucha bronca. Si me pegaban a mí, no sé cómo hubiese reaccionado. Uno es humano y se quiere defender. Junto a mis compañeros de terna, tratamos de calmar el ambiente y que no pase a mayores. Nos metimos dentro del vestuario y nos encerramos más de media hora. Nos golpearon la puerta varias veces, pero no la abrimos porque sabíamos que no eran los técnicos».

En cuanto a la repercusión de lo ocurrido, el juez resaltó: «cuando pudimos salir, gracias a Dios no pasó nada. No nos gusta ver todos esos mensajes que pone la gente en redes sociales, más allá que hay algunos que nos mandan aliento para seguir»

Por último, dejó en claro que su intención es seguir creciendo como Arbitro »lo que quiero que se revea es que son partidos de inferiores, son chicos. Yo elegí esta profesión y lo hago con mucho amor. Uno se prepara para irse superando y trabajo para mejorar día a día. No nos van a opacar esta situación».